El lago Salda en Turquía podría convertirse en víctima de su carácter único. El lago ganó fama internacional después de que los científicos de la NASA dijeron que podría parecerse a lo que eran los lagos de Marte hace mil millones de años. Ahora que el presidente Erdogan anunció proyectos de construcción cerca del lago, los activistas temen que demasiados turistas visiten el lugar extraordinario, con consecuencias desastrosas.
Debido a su ecosistema delicado y cerrado, las intervenciones externas pueden resultar mortales para los animales y microbios que viven en el estanque. “El futuro del lago está en riesgo si vienen millones de personas”, explicó Gazi Osman Sakar, director de la Asociación de Preservación del Lago Salda, a France24.
Atención no convencional
El lago se encuentra en el suroeste de Turquía y es conocido por sus playas de arena blanca y plantas y animales locales, como el pez alga Salda. El lago Salda también presenta minerales de origen no convencional. La NASA cree que uno de estos minerales, la hidromagnesita, es similar a los minerales de carbonato que se encuentran en el cráter Jezero, un antiguo lago en Marte.
Aparte de la investigación reciente de la NASA, el presidente de Turquía, Erdogan, también ha dirigido su atención hacia el lago. Quiere usar el lago como parte de un proyecto para crear más espacios verdes para uso público.
Previsión sombría
La flora y fauna únicas que viven en el lago Salda son consecuencia de su ecosistema cerrado con su propio mecanismo de vida. Al ingeniero de geología Servet Cevni le preocupa que las acciones humanas, como el turismo o la construcción, puedan alterar ese patrimonio natural. "Debido a que está vivo, es muy sensible a las intervenciones externas", dijo Cevni.
Si destruimos más el lago, nunca se recuperará.
Servet Cevni
A pesar de esta sombría previsión, nueve edificios del proyecto de Erdogan ya han aparecido cerca de las orillas del lago. Cevni calculó que el daño causado se puede recuperar en 150 a 200 años si la gente no lo destruye más. "Si lo hacemos, nunca se recuperará", agregó.
Sentencia de muerte
Aparte de las obras de construcción, a los activistas les preocupa un aumento masivo de las tarifas de turistas. Casi 1.5 millones de personas visitaron el lago en 2019, y 800,000 llegaron el año pasado durante la relajación de las restricciones por coronavirus.
Como los turistas extranjeros a menudo traen contaminación y organismos desconocidos, podría dañar aún más el ecosistema del lago. Sakar está haciendo campaña para poner a Salda en la lista del Patrimonio Mundial para proteger el lago de una mayor intervención. Para él, parece la única opción para preservar el patrimonio natural del lago. “Salda se está muriendo”, afirmó.
Fuente: France24
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