La importancia de involucrar a las comunidades rurales españolas en su propio patrimonio cultural

Belchite en España
Belchite en España. Imagen: Joanbanjo Wikimedia CC BY-SA 3.0

España tiene un problema de población y su patrimonio cultural sufre por ello. En el último estudio poblacional realizado en 2018, España contaba con 1.319 pueblos despoblados, en su mayoría en las zonas de: Castilla y León, Extremadura, Norte de Andalucía y sureste de Castilla la Mancha. Por ello, el patrimonio cultural español en esas zonas está en peligro. España tiene una rica historia, que se remonta a la colonización de los fenicios. En consecuencia, se pueden encontrar vestigios de la cultura visigoda a tardía moderna en toda la Península Ibérica, incluso en aquellos lugares donde podemos ver un número decreciente de población.

Escrito por: Julia Heras.

A medida que aumenta el número de áreas despobladas, la única población que permanece en esos territorios son principalmente personas mayores que trabajan la tierra y los cultivos, o personas que regresan después de retirarse de sus trabajos en otros lugares. Esto se debe a que en las décadas de 1960 y 1970, gran parte de la población más joven se trasladó a zonas de España económicamente más estables. Debido a esto, esas áreas no han podido asegurar fondos para el mantenimiento de los puntos históricos en estas comunidades, lo que ha llevado al abandono y eventual ruina.

Hacer que la gente de un área designada, independientemente de su edad, se interese en su patrimonio a través de películas educativas, cursos cortos e incluso talleres prácticos es importante para que se conviertan en la fuerza detrás de su propia conservación y gestión del patrimonio. La mayoría de estas comunidades desconocen la importancia de estos edificios, y la importancia económica de los mismos, como no saber cómo llevar el turismo a esos sitios o incluso ser conscientes de la importancia histórica y cultural del mismo. Si las organizaciones e instituciones muestran a la población la importancia de mantener estos lugares patrimoniales y los beneficios a largo plazo para estos pueblos, no dudarán en aprender y colaborar con ellos.

Si no trabajamos para involucrar a estas comunidades, corremos el riesgo de perder todos estos sitios con el paso del tiempo. Necesitamos las comunidades implicadas en la conservación y gestión del patrimonio cultural esparcido por toda España. A veces, las instituciones europeas y el gobierno español asignan fondos para algunos proyectos patrimoniales en áreas remotas, pero si las personas de estas áreas no apoyan las diferentes iniciativas, el interés tiende a desvanecerse a largo plazo. Al promover estos sitios oscuros y combinarlos con la cocina local o los lugares de interés natural, las pequeñas aldeas podrían atraer visitantes e impulsar la economía local. Por eso, insto a la comunidad del patrimonio cultural a trabajar con estas pequeñas comunidades y mostrarles la importancia de invertir en su patrimonio local. De esta manera podemos salvar parte del patrimonio cultural en estas áreas remotas de la geografía española y tal vez incluso traer gente de regreso a estos lugares.

Acerca del autor.

Este artículo de opinión nos lo envió Julia Heras. Julia es estudiante de Historia en la Universidad Rey Juan Carlos (Fuenlabrada, Madrid). Su área de especialización es la gestión del patrimonio cultural en relación con el turismo sostenible. Le gusta viajar fuera de los caminos trillados y esperar descubrir tesoros históricos en los lugares más inesperados. 

Este artículo se publicó originalmente en inglés. Los textos en otros idiomas se traducen por IA. Para cambiar el idioma: vaya al menú principal de arriba.

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