Venecia está tomando medidas enérgicas contra las tiendas de souvenirs que venden productos de bajo costo que han proliferado a lo largo de los populares canales de la ciudad durante la última década.
La ciudad ahora está tomando medidas para restringir y regular a los comerciantes que venden góndolas de plástico en miniatura, máscaras de carnaval baratas, baratijas "al estilo de Murano" de fabricación tosca y artículos de cuero de bajo costo. Si bien existe un proceso de certificación para que los consumidores puedan determinar la autenticidad de, por ejemplo, un objeto de vidrio de Murano original, las figuras, jarrones y copas de imitación que los turistas inevitablemente encuentran en Venecia siguen siendo una afrenta para los artesanos que continúan con la antigua tradición del soplado de vidrio.
La resolución que regula la actividad comercial es la última salva en la guerra en curso de los administradores de la ciudad contra la degradación en la ciudad del Patrimonio Mundial.
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