El impuesto de Venecia para los excursionistas ha aparecido en los titulares, pero los crecientes problemas de la ciudad también incluyen el aumento de las aguas, los lugareños enojados y una posible marca negra de la Unesco.
Para gestionar el impacto de los 30 millones de personas que visitan la ciudad de la laguna cada año, los excursionistas deben pagar una tarifa. Para muchos italianos, sin embargo, el cargo no es la respuesta.
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