Grecia tiene cientos, si no miles, de sitios arqueológicos expuestos. Y están cada vez más bajo las amenazas del cambio climático. La contaminación del aire y la lluvia ácida están erosionando los mármoles, mientras que los fenómenos meteorológicos extremos como las sequías o las lluvias torrenciales han provocado que los muros y templos antiguos desarrollen problemas estructurales.
Incluso en la colina de la Acrópolis, uno de los sitios arqueológicos mejor conservados de Grecia, las señales han demostrado que los monumentos que se encuentran en la colina han sufrido más erosión que en el pasado.
A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se han vuelto más frecuentes, se debería establecer un sistema de seguimiento para proporcionar protección adicional a los monumentos antiguos del país, como sugirió Christos Zerefos, profesor de la Academia de Atenas.
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