La empresa de transporte público de Berlín ha lanzado una campaña para ser catalogado como Patrimonio de la Humanidad. Kate Ferguson explica por qué merece el estatus:
“Todos los días, mientras viajo hacia y desde el trabajo, recuerdo el valor que se obtiene al compartir un asiento, un poste húmedo o simplemente un momento con una persona que de otro modo nunca conocería. En un mundo que se está volviendo mucho más polarizado, esa cultura es preciosa y vale la pena preservarla ".
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