El turismo aporta dinero y empleo a las ciudades, pero también puede dañar la vida cotidiana, la cultura y el patrimonio de los residentes. Las protestas en toda Europa han incitado a hablar de "turismo responsable" y de obligar al sector a tener en cuenta la sostenibilidad, pero el problema ya está en tal escala que hacer algo al respecto parece similar a cambiar un crucero. Aquí tienes algunas soluciones.
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