La capital búlgara, Sofía, es famosa por sus aguas termales frías y calientes, que fueron muy apreciadas por tracios y romanos por sus cualidades curativas. Hoy en día, los manantiales todavía funcionan tanto en el centro de la ciudad como en sus suburbios, pero solo como fuente de agua potable. Su potencial como balneología y centros de spa se desperdició inexorablemente después del fin del comunismo. Sin embargo, ahora, el municipio está listo para restaurar los baños debido al auge del turismo de fin de semana. Un presupuesto de 7 millones de BGN (€3.58 millones) se ha destinado a lo mismo. También se restaurarán los baños públicos de Ovcha Kupel y Gorna Banya.
El Baño Mineral Central, cuya fachada fue restaurada de manera impresionante, está sospechosamente seco por dentro. Es uno de los emblemas de la nación y ahora alberga el Museo Regional de Historia. La posición del municipio es que el flujo del manantial es demasiado débil para proporcionar un baño completo, un hecho que muchos expertos discuten.
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