La oficina de correos de palomas en Trebinje, una pequeña ciudad en el sureste de Bosnia y Herzegovina, cerca de la frontera con Montenegro y Croacia, es la última oficina de correos de palomas que queda en el país. Construido a fines del siglo XIX por funcionarios de Austro-Hungaria, el monumento único es administrado hoy por el Museo de Herzegovina.
Los lugareños esperan que la oficina de correos de las palomas atraiga turistas a Trebinje. El proyecto financiado por la UE "La vida en la frontera de Bosnia y Herzegovina / Montenegro: rastros antiguos de herencia y tradición eternas" ha demostrado ser útil.
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